
SEGUNDA ITERACCIÓN
FICHA TÉCNICA
Título: 404. Fundido a negro. Vol.II
Autora: GdelaK (Gloria R. de la Calle Nieto)
Año: 2025
Duración: 5’55’’
Formato: Acción performativa registrada en vídeo
Lugar de realización: Espacio doméstico / Salón (Cáceres, España)
Registro: Vídeo monocanal (HD, sin edición)
Idioma: No verbal
ELEMENTOS ESCÉNICOS
- Bol de vidrio transparente con agua (centro de acción)
- Proyección lateral con tablet (imágenes distorsionadas deel apagón del 28 de abril de 2025)
- Vela encendida (única fuente de luz junto a la proyección)
- Objetos simbólicos introducidos en agua:
- Monedas (colapso del sistema económico)
- Cuchara y tenedor (imposibilidad de cuidados básicos)
- Batería extraíble (dependencia energética)
- Tinta negra líquida (apagón, opacidad, disolución)
ELEMENTOS CORPORALES Y DE VESTUARIO
- Vendaje en los ojos (representación de la vulnerabilidad sensorial en el apagón)
- Vestuario: ropa negra, cabello recogido, labios rojos (presencia ritual, sobriedad, contención)
- Actitud corporal: estática, seria, sin expresión facial explícita
CONDICIONES TÉCNICAS DEL REGISTRO
- Cámara fija (plano general)
- Iluminación ambiental mínima (vela + proyección)
- Sonido ambiente real (sin banda sonora añadida)
«404. FUNDIDO A NEGRO. VOL.II» – SEGUNDA ITERACIÓN
GDELAK. ACCIÓN PERFORMATIVA (2025)
Esta segunda iteraciónde “404. Fundido a negro. Vol.II” no busca repetir, sino reaparecer desde otra materialidad. La primera versión nació del impacto inmediato del apagón masivo del 28 de abril de 2025. En ésta, más contenida y ritual, el foco se desplaza, no sólo representado el colapso, sino encarnarlo en sus gestos mínimos, torpes, vacilantes. El cuerpo no está para mostrarse, sino para habitar la grieta. Como propone André Lepecki, me interesa resistir la obligación de aparecer.
La acción tuvo lugar en mi salón (tomado como espacio doméstico donde se nos invitó a que viviéramos el apagón), de noche. No hubo escenografía. Solo una vela encendida y la proyección lateral de una tablet que lanzaba imágenes fragmentadas de ese día sobre un bol de agua. Sentada frente a ese bol, vendada, vestida de negro, con el pelo recogido y los labios rojos. Mi cuerpo estaba presente, sí, pero desplazado: estático, ciego, sin énfasis dramático.
La venda sobre los ojos es una decisión central, ya que quería encarnar el apagón desde la vulnerabilidad perceptiva, sin ver, sin anticipar, sin controlar. Cada gesto al coger un objeto era incierto, tembloroso. El cuerpo titubeaba. El lenguaje del apagón era ese en definitiva, confusión, desorientación, silencio.
Cada objeto que introduje en el agua cargaba una dimensión simbólica precisa:
- Las monedas representaban la fragilidad del sistema económico, la dependencia de lo digital y la incapacidad de funcionar sin electricidad, el dinero que no circula y el valor que se desactiva.
- El tenedor alude a los cuidados interrumpidos, al gesto cotidiano de alimentar que se vuelve imposible en un apagón: cocinar, calentar un biberón, poner un plato sobre la mesa.
- La batería extraíble encarna el deseo desesperado de conexión, de prolongar el funcionamiento de un sistema que ya ha fallado; objeto convertido en fetiche de supervivencia. De ahí que se cree esa tensión al no acabar de caer y ver cómo el brazo la refleja en su balanceo involuntario.
- La tinta negra, por último, era el apagón mismo: opacidad que se expande, lenguaje que se disuelve, visibilidad que se ahoga. Una metáfora líquida del miedo, de la pérdida de control.
El agua funciona como superficie especular y distorsionante. La imagen proyectada, los colapsos pixelados, los discursos mediáticos vacíos se fragmentan con cada movimiento. El vídeo no es un fondo, sino una materia viva que vibraba con el agua y con mi cuerpo.
Como me sugirieron algunas compañeras, trabajé conscientemente el desfase entre imagen y acción, entre presencia y disolución. La única banda sonora era el crujido de la vela y el temblor del líquido.
Y entonces, la vela. En principio, iba a hundirse como los demás objetos. Ese era el gesto esperado. Pero no fue así. La vela, en su lógica propia, se apaga con un soplido, como si cerrara la acción desde dentro. No cae, no es sumergida. Ese detalle inesperado transforma el final en un gesto circular, al comenzar la acción en penumbra y cerrar con la misma oscuridad con la que nació. Sin aplauso, sin corte, sin clímax.
En esta iteración no me interesaba construir una narrativa clara, sino abrir una experiencia performativa ambigua, afectiva, material. No quise hablar del apagón, sino dejarme afectar por él: ser su eco, su resto, su cuerpo apagado.
BIBLIOGRAFÍA
Lepecki, A. (2006). Exhausting dance: Performance and the politics of movement. Routledge.
Sayak Valencia, S. (2019). Capitalismo gore (2ª ed.). Paidós.
Vidiella Pagès, J., & Ferrete Vázquez, J. (2022). Fundamentos del performance art [Recursos en línea]. Universitat Oberta de Catalunya. https://arts.recursos.uoc.edu/fonaments-performance/es/
López Gabrielidis, A. (2022). Cuerpo de datos. En Fundamentos del performance art. Universitat Oberta de Catalunya. https://arts.recursos.uoc.edu/fonaments-performance/es/