MÓDULO 2. NATURALEZA DEL SONIDO

REFERENCIAS Y NUEVAS EXPLORACIONES EN ARTE SONORO

La metáfora del muelle, que hemos visto en los contenidos, nos hace entender cómo funciona el sonido y cómo sus ondas se transforman. Por ese motivo, cuando hablamos de arte sonoro, tenemos que tener presente que, no sólo nos referimos a la manipulación del sonido como material artístico, sino que va más allá, abarcando el campo expandido donde la percepción, la espacialidad y la interacción juegan un papel fundamental. Como sabemos, a lo largo de la historia, numerosos artistas han trabajado con el sonido como un medio plástico, donde se han centrado en explorar sus propiedades físicas, la relación con el entorno y el impacto en la experiencia del propio espectador. En este sentido, podemos encontrar referentes clave que han marcado el desarrollo del arte sonoro y que siguen inspirando nuevas propuestas y experimentaciones.

Escultura Sonora y la Materialidad del Sonido

El binomio escultura y sonido quizás sea una de las líneas de investigación más constante en el arte contemporáneo, y numerosos artistas han explorado y manipulado el sonido más allá de su materialidad. Harry Bertoia, por ejemplo, es un referente fundamental con sus esculturas metálicas que, al ser tocadas o movidas por el viento, crean una rica paleta sonora. De hecho, su serie Sonambient ilustra cómo una pieza escultórica puede ser simultáneamente una experiencia visual y acústica.

En la arquitectura, la estructura sonara y su materialidad también tiene presencia, de hecho, figuras como Bernhard Leitner va más allá de los elementos constructivos y traslada el concepto de escultura sonora al espacio habitable y Sound Spaces explora la capacidad del sonido para influir en la percepción espacial a través de la propia materialidad de la obra, resignificando el concepto de sonido y considerándolo como un elemento de acompañamiento y un material de construcción, al mismo tiempo.

Con estas obras, podemos inspirarnos e imaginar, por ejemplo, un proyecto que combine elementos escultóricos con transductores de sonido, permitiendo que ciertos materiales amplifiquen o filtren frecuencias específicas. Esto daría lugar a una experiencia en la que la vibración del sonido no solo se perciba auditivamente, sino también de manera táctil, similar a la experiencia del Peine del Viento de Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui en San Sebastián.

El Sonido como Fenómeno de Percepción y Memoria

El arte sonoro no es solo una cuestión de lo que oímos, sino de cómo lo oímos. Esta premisa ha llevado a numerosos artistas a indagar en la relación entre sonido, memoria y espacio, convirtiéndolo en un material plástico con una fuerte carga experiencial.

Uno de los ejemplos más emblemáticos es I Am Sitting in a Room de Alvin Lucier. En esta obra, el artista graba su voz y la reproduce en un mismo espacio una y otra vez, permitiendo que las resonancias naturales del lugar transformen el sonido hasta que el lenguaje desaparece, dejando solo la vibración de la arquitectura. Aquí, el sonido no es solo un medio, sino un agente que desvela la huella acústica de un entorno, borrando la frontera entre la voz y el espacio que la acoge.

Por otra parte, R. Murray Schafer propuso la idea del paisaje sonoro como una herramienta para comprender nuestro entorno. Su trabajo en ecología acústica analiza cómo el sonido moldea nuestra percepción del espacio, desde la naturaleza hasta el paisaje urbano. Su enfoque nos invita a escuchar con atención los entornos cotidianos y a reconsiderar cómo los sonidos que nos rodean influyen en nuestra experiencia del mundo.

A partir de estas ideas, podríamos imaginar una instalación interactiva en la que los visitantes graben fragmentos sonoros de su entorno y los manipulen en tiempo real, generando nuevas formas de escucha y reinterpretación del espacio. También podríamos explorar el uso de micrófonos de contacto para amplificar vibraciones imperceptibles, revelando la sonoridad oculta de los objetos y la arquitectura. Al final, se trata de expandir nuestra manera de percibir el sonido, no solo como un fenómeno auditivo, sino como una experiencia que involucra todo el cuerpo y su relación con el entorno.

Exploraciones con Afinación y Timbre

El timbre y la afinación han sido cuestiones fundamentales en la experimentación sonora, no solo dentro de la música, sino también en la exploración artística del sonido como material. Harry Partch es un ejemplo clave de esta búsqueda: insatisfecho con los sistemas de afinación tradicionales, diseñó su propio universo sonoro, creando instrumentos únicos para interpretar escalas microtonales que escapaban a la rigidez del temperamento occidental.

En una línea más teórica, William Sethares, en Tuning Timbre Spectrum Scale, propuso que la relación entre timbre y afinación es mucho más maleable de lo que la teoría musical clásica ha establecido. Según su planteamiento, los sonidos no tienen por qué ajustarse a escalas preconcebidas, sino que pueden estructurarse en función de sus características espectrales, abriendo así nuevas posibilidades para la creación sonora.

Otro referente es Gamelán Balinés, cuya afinación no responde a un estándar fijo, sino a un juego de batimientos acústicos que generan efectos vibratorios únicos. Este fenómeno, en el que la imperfección calculada se convierte en un recurso expresivo, amplía la percepción del sonido y su impacto sensorial.

A partir de estas ideas, podríamos imaginar un instrumento experimental basado en un sistema de afinación propio, quizás a través de placas metálicas de diferentes grosores y longitudes, cuya resonancia varíe con la interacción del público. Dispuestas en una instalación, estas placas podrían activarse por contacto, permitiendo a los visitantes explorar físicamente las variaciones tonales y la riqueza armónica de los materiales. Este tipo de propuesta no solo reinterpreta la relación entre timbre y afinación, sino que también transforma la experiencia de la escucha en un acto corporal y espacial.

 

NUEVAS IDEAS PARA EXPLORAR EN ARTE SONORO

Arte Generativo y Sonido

La programación aplicada a la generación sonora en tiempo real abre un amplio abanico de posibilidades dentro del arte generativo. A través del uso de sensores de movimiento, podríamos diseñar una instalación en la que el sonido del entorno se transforme en función de la presencia y el desplazamiento del espectador. Imaginar un espacio donde la proximidad a determinados objetos altere sus resonancias y dinámicas acústicas nos lleva a explorar la relación entre el sonido y la interacción en términos espaciales, convirtiendo la escucha en una experiencia activa.

Sinestesia Sonora y Visual

La correspondencia entre sonido e imagen ha sido un campo de experimentación recurrente en distintas disciplinas artísticas. Desde las técnicas cinemáticas hasta la cimatica, la visualización de las vibraciones sonoras en líquidos o arenas genera patrones visuales en tiempo real, revelando la materialidad del sonido. Esta idea podría concretarse en una instalación donde la frecuencia determine la forma, permitiendo que el espectador vea el sonido y comprenda su comportamiento físico más allá de lo auditivo.

Sonido y Medio Ambiente

El vínculo entre sonido y medio ambiente cobra cada vez más relevancia en el contexto del cambio climático. Los paisajes sonoros naturales han sido alterados por la actividad humana, y una posible propuesta artística podría centrarse en la degradación sonora de los ecosistemas. Imaginar una composición que comience con registros de un entorno intacto y que, progresivamente, se transforme en función de la presencia de los visitantes, haría evidente el impacto de nuestra acción sobre el paisaje sonoro y generaría una experiencia inmersiva de conciencia ecológica.

Interacción Física con el Sonido

El sonido no solo se percibe a través del oído, sino también del cuerpo. A través del uso de superficies resonantes o transductores, podríamos diseñar una instalación en la que las vibraciones del sonido se experimenten táctilmente. Por ejemplo, globos o placas vibrantes podrían amplificar ciertas frecuencias, permitiendo que el espectador sienta físicamente el sonido. De este modo, la obra ampliaría la percepción auditiva hacia una experiencia háptica, transformando el sonido en un fenómeno multisensorial.

Un saludo y nos leemos!

 

MÓDULO 1. ¿ARTE SONORO?. UNA INTERROGACIÓN CRÍTICA

Arte Sonoro: expansión de la escucha y la experiencia estética.

Como sabemos, el arte sonoro se ha consolidado en las últimas décadas como una de las prácticas más flexibles y enigmáticas dentro del panorama artístico contemporáneo. Su creciente presencia en exposiciones y discursos curatoriales evidencia la relevancia que posee en el ámbito del arte actual; sin embargo, sigue siendo un territorio en disputa, definido más por su capacidad de cuestionamiento que por su adscripción a una categoría establecida. Exposiciones como ¿Arte Sonoro? en la Fundació Joan Miró y Audiosfera en el Museo Reina Sofía han generado un debate fructífero sobre los límites, genealogías y posibilidades de esta disciplina, planteando interrogantes fundamentales sobre su naturaleza y alcance.

Más allá del sonido: el problema de la categoría

Desde sus inicios, el término arte sonoro ha sido objeto de discusión. Max Neuhaus, pionero en la instalación sonora, cuestionaba la necesidad de definir esta práctica como una categoría autónoma, comparándola con la posibilidad de crear un «arte del metal» para agrupar toda obra realizada con dicho material. Este cuestionamiento no es meramente terminológico, sino que señala la tensión existente entre las estructuras institucionales del arte contemporáneo y la naturaleza expansiva del sonido.

Lejos de constituir un campo homogéneo, el arte sonoro se sitúa en la intersección entre la música experimental, la instalación, la escultura, la performance y la tecnología digital. Artistas como John Cage, Rolf Julius o Christina Kubisch han demostrado que el sonido no debe entenderse exclusivamente desde una lógica musical, sino también como un fenómeno físico, espacial y conceptual.

Christina Kubisch. Electrical Walks

El sonido como materia y cuerpo

Uno de los aspectos más sugerentes de las exposiciones mencionadas es la manera en que el sonido trasciende la dimensión auditiva para convertirse en una experiencia multisensorial. En ¿Arte Sonoro?, se explora la influencia del sonido en la materialidad del arte, analizando cómo la vibración, la resonancia y la interacción con el espacio transforman la percepción del espectador.

En este sentido, y como vemos, el sonido no solo es un recurso compositivo, sino también un elemento de intervención en el espacio y el cuerpo. La obra de Louise Lawler, que introduce el sonido como un factor disruptivo en el contexto museístico, o los experimentos de Alvin Lucier, centrados en la resonancia arquitectónica, ejemplifican la capacidad del sonido para articular experiencias sensoriales expandidas.

Asimismo, el soundwalk o paseo sonoro, introducido por Neuhaus y desarrollado posteriormente por artistas como Janet Cardiff, constituye una práctica que no solo transforma la percepción del entorno urbano, sino que también invita a repensar la escucha como un acto activo y performativo.

Janet Cardiff. The Forty Part Motet

Nuevas posibilidades en la creación digital y generativa

La evolución tecnológica ha tenido un impacto significativo en la experimentación sonora. Como ejemplo paradigmático, la exposición Audiosfera analiza cómo, desde los años ochenta hasta la actualidad, el desarrollo de herramientas digitales ha ampliado las posibilidades de manipulación sonora, desde la síntesis algorítmica hasta la sonificación de datos.

Desde una perspectiva creativa, este avance plantea cuestiones fundamentales sobre la relación entre sonido, imagen y programación. Artistas como Ryoji Ikeda han desarrollado enfoques en los que los datos numéricos son transformados en experiencias audiovisuales inmersivas, mientras que Alva Noto ha explorado la interacción entre sonido y código mediante estructuras generativas. Estas prácticas evidencian el potencial del arte sonoro en el contexto digital, desdibujando aún más las fronteras entre disciplinas artísticas.

Alva Noto

El arte sonoro como actitud

Como podemos ver, más que una categoría cerrada, el arte sonoro debe entenderse como una actitud, una forma de aproximarse al sonido desde su capacidad para estructurar la experiencia del mundo. Las preguntas planteadas en exposiciones como ¿Arte Sonoro? y Audiosfera no buscan ofrecer respuestas definitivas, sino abrir nuevos caminos para la reflexión en torno a la relación entre arte y sonido.

En este sentido, la clave no reside en encasillar estas prácticas dentro de una definición rígida, sino en asumirlas como una oportunidad para expandir la escucha y explorar nuevas formas de intervención en el entorno. El arte sonoro, lejos de ser una disciplina cerrada, se presenta como un campo en constante transformación, desafiando jerarquías disciplinares y ampliando los límites de la percepción estética.

Un saludo.

MÓDULO 0. INTRODUCCIÓN AL ARTE SONORO. PRESENTACIÓN

Hola a tod+s, mi nombre es Gloria R de la Calle Nieto, extremeña, de Cáceres de 43 años.

Este es mi sexto semestre en la UOC, y si todo va bien, el curso que viene acabaré el grado.

Soy docente de secundaria de profesión, en la especialidad de Intervención Sociocomunitaria y mi formación previa ha girado en torno a las ciencias de la educación, aunque siempre he estado vinculada al mundo artístico de una u otra manera: cursé estudios de Diseño Gráfico y Fotografía en una escuela de Bellas Artes local, y en la actualidad mi práctica artística de sitúa en la intersección del arte digital, la imagen y la ilustración tradicional.

Hasta ahora, mi enfoque ha estado más ligado a la imagen y el sonido ha sido un territorio que me interesa explorar con mayor profundidad, especialmente por su potencial en el arte generativo y su capacidad de crear experiencias inmersivas.

Mi relación con el sonido ha sido principalmente como espectadora y exploradora de las posibilidades que ofrece en la interactividad y la narrativa audiovisual. En proyectos anteriores, como en la asignatura Taller de Programación e Interacción, he trabajado con herramientas digitales para crear imágenes y experiencias interactivas, lo que podría ser un punto de partida interesante para integrar sonido en futuras propuestas.

Respecto a la música, sí tengo formación musical: de pequeña estudié Violín, el grado elemental, en el Conservatorio Profesional de Música Hermanos Berzosa de Cáceres, y aquí he de decir que no he vuelto a retomar esta actividad, y la música la consumo como mera espectadora. Sin embargo, me interesa el sonido y cómo puede utilizarse para generar atmósferas, alterar percepciones y construir relatos que trasciendan lo visual.

Al ser nueva en este campo aún no tengo muchos referentes, hecho que espero poder cambiar tras este taller, no obstante y tras haber tenido el contacto inicial con el Plan Docente y el Módulo 0 y Módulo 1 de contenidos, me han llamado la atención artistas como Ryoji Ikeda y Alva Noto, que exploran el sonido desde una perspectiva digital y algorítmica, y las propuestas de Christina Kubisch, especialmente su trabajo con electromagnetismo y la forma en que revela lo inaudible.

Como expectativas para esta asignatura destaco explorar cómo el arte sonoro puede integrarse en mi práctica artística, así como comprender su relación con la tecnología y desarrollar nuevas formas de expresión en las que el sonido no solo acompañe la imagen, sino que sea un componente fundamental del discurso artístico.

Me parece muy interesante investigar cómo el sonido puede ser un medio generativo y cómo se puede relacionar con el movimiento y la interacción en el arte digital. Además, me gustaría experimentar con herramientas de síntesis sonora y exploraciones algorítmicas aplicadas al sonido.

Muy buen semestre para todos y que esté lleno de nuevas posibilidades creativas!